martes, 4 de diciembre de 2012

Historia de la Navidad

  ¿Por qué el 25 de diciembre? 

La Iglesia española celebraba la Navidad el 25 de diciembre y la Epifanía el 6 de enero. La primera, como en Roma, para conmemorar el nacimiento de Cristo; la segunda, para recordar la manifestación del Señor a los magos de oriente, es decir a todos los pueblos. 

La celebración del misterio de Navidad comienza desde la tarde del 24 de diciembre, hasta la noche del día 25. En menos de 24 horas, la Iglesia proporciona a quienes quieren celebrar la venida del Señor, 12 lecturas bíblicas llenas de mensaje para una vida comprometida.

El día de Navidad para los católicos es día de precepto, es decir, se debe asistir a Misa aunque no sea domingo, pudiendo cumplirse este precepto si se asiste el 24 de diciembre por la tarde o a cualquier Misa del día 25.

Con la Misa vespertina del día 24 termina el tiempo de Adviento y se entra en la celebración del misterio navideño. Se leen textos del Profeta Isaías, anunciando con alegría la llegada del Salvador a celebrar sus bodas con la humanidad; de los Hechos de los Apóstoles, con el primer discurso de San Pablo, que da testimonio de Cristo, hijo de David, que viene a salvar a su pueblo; y desde luego, del Evangelio, con el relato del nacimiento de Jesús en Belén.

Hay tres Misas diferentes más durante el día siguiente, –25 de diciembre- con lecturas que enriquecen la meditación sobre el Misterio de la Encarnación. Los católicos asistimos regularmente solo a una de ellas, sin embargo, la Iglesia aconseja que los textos bíblicos de las cuatro celebraciones sean leídos durante esos dos días en los hogares católicos, aprovechando que las familias enteras acostumbran reunirse alrededor de la mesa. Con esta práctica se crea un ambiente propicio para la meditación y aceptación de Jesús Salvador en la vida de cada uno, motivando así a un cambio positivo en la vida.

Algo que se ha convertido en parte importante de las celebraciones Navideñas es el intercambio de regalos con familiares y amigos. En su mayoría, estos regalos son cosas materiales, pero debemos de tener siempre en cuenta la parte más importante del obsequio que es la energía que nosotros ponemos en él.
El regalarse unos a otros tiene mucho más significado del que podemos imaginar, pues lo más importante de esto reside en el hecho de entregar “algo” que simbólicamente represente nuestros deseos, en fechas de Amor y Esperanza. 

También es de suma trascendencia la envoltura de los regalos, que es parte ritual de lo que entregaremos a nuestros amigos o familiares.

Muchos no disfrutamos o no sabemos cómo envolver o presentar un obsequio, sin embargo es importante que la mayoría de los regalos o al menos los más importantes sean envueltos con nuestras propias manos, ya que de esa forma estamos poniendo todos los deseos de Amor al imaginar la alegría del que lo recibirá.
Por lo tanto es importante que al momento de la envoltura tratemos de sentir vivamente lo que queremos para la persona y transmitamos esos sentimientos a la materia, pues también es energía al igual que nosotros y nuestros sentimientos.
Por ultimo, cuando ya hemos completado la envoltura es recomendable poner los regalos bajo el arbolito de Navidad, ya que al hacer esto de inmediato serán acogidos por la vibración de nuestro pino.


 


 


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